jueves, 26 de junio de 2008

Como calmar ese temor que persigue como una esponja a la gota de agua. L a fiesta de disfraces sigue.
La soledad, los cuentos de no acabar, el dinero para viajar por el mundo, con esta estirpe segura que contempla el tumulto, la ensoñacion más tardia.
El lobo cambia de pelaje en esta especie de refugio, y la conmoción aguanta el espacio que no debe retornar, nada de esto fué planeado, sería un seguir y un devenir de lo vivido, o un andar y rodar por los espacios mas efímeros de los poros de las vias de los cuentagotas de las fiebres.
Y el tiempo se asemeja a un infortunio acelera, como esta puesta de sol en la tarde amarga y la salida de la verad a la caida de los tumultos en una hora que no debe describir mas que frases en un derredor, el averno a llegado a su fin por el pudoroso beso la serpiente, las vidas se renuevan por la fiesta de fin de planeta, como un puesto de la vida, el silencio reclama su poder.
Todos estos pedazos de tiempo que han surgido de la nada se acumulan en el escapar de las horas, el espacio se agranda como un fuego del verbo.
Y tiempo para vivir como un tumulo y los sabores del recuadro, el espacio en que no has vivido , la liturgia que no se da , es jueves y en este frío sopor de la calle al costado del atardecer, el espasmo contribuye a este recuerdo, el abrirse a este mundillo ...